domingo, 10 de junio de 2007

Aumentar el know-how del feedback.

Una de mis prioridades en mi forma de enseñar es poder aportar a un alumno el toque de conocimiento necesario que le ayude a mejorar en el momento en que lo necesita.

Pero uno nunca sabe a qué carta quedarse, porque por un lado soy un convencido de que aprendemos haciendo y cometiendo nuestros propios errores. Pero por otro, habrá que convenir que difícilmente ve uno sus propios errores. Con lo que está claro que el territorio del feedback se sitúa precisamente ahí en medio. El peligro siempre está cuando por proporcionar un feedback, podemos hurtar alguna experiencia de más a nuestros alumnos. En cualquier caso, intentamos aprender.